Varios

Esto es lo único que faltaba aquí

EL QUE QUIERA ENTENDER QUE ENTIENDA

Mägo de Oz

Cuánto he de esperar
Para al fin poder hallar
La otra mitad de mí
Que me acompañe a vivir

Nadé tiempo en un mar
De apariencia, y ahogué el amor
No se puede ocultar
El perfume de una flor

Cuanto me cuesta sobrevivir
Cuanto sonreír
Sin poder quitarme el antifaz
Que me disfraza de normal

Y volveré a buscarte
Allí hasta donde estés
Tan sólo quiero amarte
Y poder tener
Alguien en que apoyarme
Alguien en quien volcar
Todo el amor que cercenó el qué dirán...

No más miedo a entregar
Mis labios sin antes mirar
No más miedo a acariciar
Nuestros cuerpos y soñar
Y a la mierda con
El armario y el diván
Y si hay que luchar
Luchar es educar
Que en asuntos del corazón
No hay reglas de dos
Que somos distintos, somos iguales
No más guetos, alza la voz

Y volveré a buscarte
Allí hasta donde estés
Tan sólo quiero amarte
Y poder tener
Alguien en que apoyarme
Alguien en quien volcar
Todo el amor que cercenó el qué dirán...

Y cuando llegue el final
El otoño de nuestro amor
Yo te esperaré, mientras, vive
Y lucha por tener...
Derecho a elegir
Con qué cabeza tu almohada compartir
Orgulloso de ser quien eres

Y no como deberías ser

En esta ocasión me dedico a explorar una canción que debo comentar que fue parte trascendental de mi juventud, y que en estos momentos de mi vida he recordado de manera muy fuerte. Diversos son los motivos, varios, por así decirlo. Me detendré en los fragmentos de la canción que requieran de explicación para que mi punto sea entendido.

Aunque primero, como siempre, es importante entender el contexto a través del cual nace la importancia de esta canción: Esta canción tiene un fuerte contenido político, tiene un mensaje GLBTT al cual necesité aferrarme en mi adolescencia, fue compuesta y es ejecutada por una banda española de nombre Mägo de Oz, quienes están descritos en la imagen a la cabeza de este post. Es una canción a la que recurro en momentos de mi vida en la que me hallo en un imprudente estado de "Cómo me apestan la sociedad y la homofobia internalizada".

Cuánto he de esperar
Para al fin poder hallar
La otra mitad de mí
Que me acompañe a vivir.

Ya te encontré, y quiero acompañarte a vivir.

Nadé tiempo en un mar

De apariencia, y ahogué el amor

No se puede ocultar

El perfume de una flor

A pesar de que quisiera negarlo, viví 16 años de mi vida en un encierro emocional maldito, y me aferré a ese encierro por unos tantos más, pero es verdad que hay cosas innegables en este mundo, y la capacidad humana de sentir amor es una de ellas, independientemente del sujeto u objeto de ese afecto.

Cuanto me cuesta sobrevivir

Cuanto sonreír

Sin poder quitarme el antifaz

Que me disfraza de normal

... Se autoexplica ...

Y volveré a buscarte

Allí hasta donde estés

Tan sólo quiero amarte

Y poder tener

Alguien en que apoyarme

Alguien en quien volcar

Todo el amor que cercenó el qué dirán...

Es verdad, ese maldito "qué dirán", al cual ahora soy inmune luego de tanta estupidez que me rodeó, especialmente en mi sexto año de colegio, verdaderamente diezma el amor, aunque sea reiterativo en este punto, y harto esté el universo de escucharme, siento el amor cortado cada vez que tu mano se aleja, cada vez que me transtorno en una figura distante y agónica que no cumple más función que aquella de cualquier otro mortal incapaz de regalar su alma, su corazón y su cuerpo y atarlo a un dedo anular.

No más miedo a entregar

Mis labios sin antes mirar

No más miedo a acariciar

Nuestros cuerpos y soñar

Me llama ahora mucho la atención el hecho de que este párrafo es prácticamente rectangular, necesito divagar pues mi músculo cardíaco y mi músculo digestivo son uno mismo en este instante. Afortunadamente mi madre, de manera sabia me enseñó a ser fuerte en mi vida, un día decidí vivir y punto, simplemente vivir, y ser...

Y a la mierda con

El armario y el diván

Y si hay que luchar

Luchar es educar

Aquellos que me recuerden de tiempos pasados, seguramente asentirán cuando asocien la frase "Luchar es educar" con mi persona. A la mierda con los sicólogos, ser gay no significa tener algún tipo de desorden mental, y el armario, simplemente me causa una náusea amarga indescriptible. Le tengo alergia, repudio, odio. La próxima vez que algún engendro de la estupidez ose atravesar un semáforo en rojo con toda vehemencia, seguramente recordaré

estas líneas y le gritaré: "¡Clóset de mierda! ¡Fíjate en el semáforo, imbécil!"

Que en asuntos del corazón

No hay reglas de dos

Que somos distintos, somos iguales

No más guetos, alza la voz

¿Quién es lo suficientemente osado de afirmar que hay reglas para determinar a quién puede o no puede uno amar? ¿Acaso el libro sagrado que, entre religiones zarandean cada uno con su propia interpretación, insólitamente distantes la una de la otra?

A la mierda los guetos... Los odio también. ¿Para qué un bar especial? ¿Tan distintos somos que necesitamos un lugar distinto sólo para nosotros y nosotras? Recuerdo mi viejo plan de tomarme espacios... Ahora que he recordado mis motivaciones, de nuevo me planteo hacerlo.

Y cuando llegue el final

El otoño de nuestro amor

Yo te esperaré, mientras, vive

Y lucha por tener...

Derecho a elegir

Con qué cabeza tu almohada compartir

Orgulloso de ser quien eres
Y no como deberías ser

Pues si llega el fatídico día en el cual nuestros caminos deban diferir, no olvides todo aquello que en coraje hemos planteado. Lucha por ser diferente, así como luchas por las diferencias de los otros tuyos.

Maldita sea, como nunca, me he puesto activista y visceral. Hace mucho que no sucede, en fin, mejor disfruto el momento. Espero que mis palabras no floten en vano por ahí, y que logren llegar a los oídos de quienes tengan que llegar.

Espero que ustedes también puedan ayudar.

¡Ah! Y lo artístico aquí, ser gay y amar son dos artes muy complejas. Punto.